Psicomotricidad

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El concepto de psicomotricidad está todavía en evolución, en cambio y estudio constante. Podemos hacer referencia a la psicomotricidad como una disciplina que tiene por finalidad el desarrollo de las habilidades motoras, cognitivas, sociales y afectivas del niño.

Lo que está claro es que la psicomotricidad ocupa un lugar importante en la educación infantil ya que está totalmente demostrado que, sobre todo en la primera infancia, hay una gran interdependencia en el desarrollo motor, afectivo e intelectual.

A través de la psicomotricidad se pretende conseguir la conciencia del propio cuerpo en todos los momentos y situaciones de la vida socio educativa, el dominio del equilibrio, del control y eficacia de la coordinación global y segmentaria, el control de la inhibición voluntaria de la respiración, la organización del esquema corporal y la orientación en el espacio. Una correcta estructuración espacio-temporal, generan las mejores posibilidades de adaptación a los demás y al mundo exterior. 
 
En término generales, podemos hacer la siguiente división de la psicomotricidad:

  • Motricidad gruesa: Capacidad del cuerpo para integrar la acción de los músculos largos con el objeto de realizar determinados movimientos como saltar, correr, trepar, arrastrarse, bailar, etc.
  • Motricidad fina: Capacidad para utilizar los pequeños músculos para realizar movimientos muy específicos como arrugar la frente, apretar los labios, cerrar el puño, recortar y todos aquellos que requieran la participación de las manos y de los dedos.
  • Esquema corporal: Es la representación mental del propio cuerpo, tanto en situación estática como dinámica, con sus segmentos y limitaciones y sus relaciones con el espacio y con los objetos. 



 🚨 Síntomas de los problemas de psicomotricidad


  • El niño tiene problemas para reconocer el cuerpo o la cara, ya sean el suyo propio o el de otros.
  • Problemas a la hora de diferenciar la lateralidad del cuerpo o distinguir entre derecha e izquierda.
  • Dificultad para comprender para qué sirve cada parte del cuerpo o cómo se usa.
  • Imposibilidad de permanecer inmóvil o dificultad para mantener el equilibrio.
  • Dificultad para percibir, entender o reproducir un determinado ritmo o cadencia.
  • El menor tiene dificultad con la abstracción espacial, le cuesta entender y procesar información relacionada con volúmenes o superficies.
  • Dificultad en la identificación o reconocimiento de formas u objetos.
  • Problemas con la psicomotricidad fina, esto es, movimientos pequeños y precisos como por ejemplo usar los dedos.
  • Se experimentan grandes dificultades con la coordinación de movimientos de diferentes partes del cuerpo.
  • Dificultad en el movimiento facial, poco control sobre los gestos o las expresiones.
  • Problemas de concentración o dificultad para realizar esfuerzos cognitivos.

Nota Importante

La información descrita en esta página es una descripción general de este tema y sus síntomas, sin embargo, su manifestación real es distinta para cada persona. Si consideras que tú o alguien que conoces posee alguna o varias características mencionadas, te recomendamos siempre acudir y consultar con un profesional de la salud mental.

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